jueves, 28 de junio de 2018



Brasil: perspectivas y desafíos [Entrevista a João Pedro Stédile]


Curitiba, Brasil, 9 de junio del 2018
En el marco de la décimo séptima Jornada de Agroecología y de la movilización realizada al campamento Lula Libre en Curitiba, conversamos con el dirigente del MST (Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra) sobre la situación que atraviesa el país.
[Por Silvana Broggi]
-¿Como se puede caracterizar el clima social que se vive en Brasil?
Brasil vive una grave crisis económica que viene del proceso de crisis internacional del capitalismo de 2008 para acá, y que se profundizó en 2013 y 2014, por ser un país dependiente del capital extranjero y del capital financiero. Esa crisis desató una crisis social y ahí llegamos a una crisis política, porque toda vez que se profundiza una crisis económica y social y que la economía se para, aumenta el conflicto entre las clases, ya que no hay un excedente económico en la sociedad, entonces las clases disputan su sobrevivencia en cuanto clase. Por supuesto que la burguesía tiene más poder económico y trata de salvarse y poner todo el costo de la salida de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores. En 2016, la burguesía, para jugar el peso de la crisis sobre la clase trabajadora, tiene que tener el control absoluto de todos los poderes, para lograr la hegemonía política e institucional y dar legalidad a sus políticas antisociales. Por eso dieron un golpe a Dilma. Ya tenían el poder mediático, tenían la mayoría en el Congreso y tenían el poder judicial, pero no tenían el control del gobierno. En estos dos años la burguesía impuso su plan, que desde la perspectiva de la lucha de clases fue tomar medidas que quitan derechos, apropiarse de las riquezas que hay en el país, apropiarse de las empresas estatales y de los recursos públicos para salvarse ellos.
-¿Cuales son las consecuencias de las medidas del gobierno golpista de Temer sobre la clase trabajadora?
Con la dirección en que nos lleva la derecha llegamos al 15% de desempleo, hay más de 23 millones de trabajadores sin trabajo, y otros 20 millones con trabajo precarizado, que suman unos 40 millones de trabajadores fuera del nivel de la producción. Eso generó un nivel de apatía y desanimo muy grande entre los trabajadores. Paralelamente, como clase trabajadora, también enfrentamos una crisis organizativa, porque los partidos políticos y el movimiento sindical, que tuvieron mucho espacio en la política durante los gobiernos de Lula y de Dilma, se acostumbraron a hacer luchas institucionales y electorales, y ahora para enfrentar la crisis, deberíamos tener una base organizada para la lucha de masas y eso no viene ocurriendo. La gente está contra el gobierno, siente el peso de la crisis, pero su única venganza es prometer el voto a Lula. Entonces llegamos a esta situación, los golpistas para completar su plan macabro, y jugar todo el peso de la crisis capitalista sobre la clase trabajadora, necesitan más tiempo, 4 o 5 años. Sabemos que todos los períodos históricos de crisis profunda del capitalismo se tarda mucho tiempo para que el capital se reestructure y encuentre nuevas formas de acumulación capitalista, entonces la burguesía necesita más tiempo, y tendría que ganar las próximas elecciones.
¿Cuáles son las contradicciones que aparecen en el plano político?
La contradicción, positiva para nosotrxs, es que ellos no lograron apoyo popular para su gobierno. Se profundizó el grado de la crisis económica, y no existe ninguna señal de reestructuración del sector capitalista, y otro elemento, es que no lograron unidad y no han podido construir un candidato que unifique a la derecha. Al contrario de lo que pasó en Argentina, que Macri unificó la a la derecha, aquí no hay un Macri. Ellos intentaron proponer varios, pero ninguno cerró, y ahora tienen como 10 candidatos, ninguno de ellos pasa del 8%.
Para enfrentarlos el pueblo brasilero generó unidad popular en torno la figura de Lula, y por esa razón, la burguesía se volvió contra él después que golpeó a Dilma y abrieron varios procesos hasta conseguir tenerlo en la cárcel. Pero acá también aparece una contradicción, el hecho de encarcelar a Lula, no le quitó el prestigio frente a las masas. La burguesía jugaba a eso, que una persona en la cárcel sería visto como un ladrón, y que el pueblo se fastidiaría. Al contrario, después de preso, la popularidad de Lula creció, porque la gente se dio cuenta de que era una persecución. El pueblo generó unidad en torno a Lula y por la ley brasilera él puede ser candidato aunque este preso.
-¿Cuál han sido las respuestas que han desarrollado los movimientos populares ante esta ofensiva?
Antes del golpe y después del golpe también, intentamos construir unidad entre la clase trabajadora y construimos el Frente Brasil Popular, que reúne sindicatos y movimientos populares. De esa unidad logramos hacer una gran huelga en abril del año pasado. Casi tumbamos el gobierno, porque fue una huelga general. En Brasil no es fácil hacer una huelga general. En Argentina tienen más capacidad, además el país es más pequeño y Buenos Aires concentra buena parte de la economía y la política. En Brasil es distinto, la política está en Brasilia y la economía está en otras ciudades, por eso es más difícil hacer huelgas políticas. Después que no logramos tumbar al gobierno hubo como un reflujo de los sectores organizados y recién este año algunos sectores más afectados por la política del gobierno empezaron a moverse. Como en el caso de los camioneros.
-¿Cómo interpreta los conflictos encabezados por camioneros y petroleros?
En Brasil hay dos millones de camioneros, porque todo el transporte de carga, lastimosamente, es terrestre. Ellos fueron al paro y en una semana pararon el país. Muchos sectores de la izquierda los criticaban, con celo, porque ellos no estaban metidos en la huelga y creían que era la derecha la que estaba organizando, pero no era la derecha. Nosotrxs desde los movimientos populares apoyamos la huelga, porque fue un arma muy potente contra el gobierno de Temer y se logró quitar al presidente todopoderoso de Petrobrás que representaba los intereses del capital financiero internacional, que son los accionistas privados de Petrobrás. Los petroleros también movilizaron, pero el poder judicial impuso graves multas por el paro. Luego también pararon los trabajadores del sector eléctrico contra la privatización, que sí son sectores de la izquierda dirigidos por la CUT. Es posible que los camioneros vuelvan hacer paro, porque el gobierno les engañó. Es posible también que otros sectores se comiencen a movilizar, aunque sea muy difícil, porque a partir de agosto la sociedad se va mover alrededor de las elecciones.
¿Qué propuestas preparan desde el Frente Brasil Popular hacia las elecciones de octubre?
Nosotrxs desde los movimientos populares estamos intentando garantizar la libertad de Lula, que él sea el candidato. Para transitar este momento y motivar a la gente a participar estamos impulsando una metodología de trabajo que llamamos Congreso del Pueblo, que es motivar a que la militancia vaya de puerta por puerta, de casa en casa, y convoque al pueblo a hacer asambleas, hacer un congreso por barrio, por municipio y luego por provincia, hasta que lleguemos al final de año con un gran congreso nacional. Por ahora sabemos de más de mil ciudades que están preparando esas asambleas. En estos congresos del pueblo se apunta a generar un clima entre la población y los militantes para debatir un proyecto de país. De eso se trata, elegir a Lula, es parte de la lucha de clases para derrotar a la burguesía y retomar por lo menos parte del poder político que es el poder central. Pero ellos seguirán teniendo el poder judicial y los medios de comunicación que será otra batalla. Pero ganada la batalla de Lula, el paso siguiente es construir el proyecto de país que queremos. Lula es la puerta para entrar al poder, pero que hacer con el poder, hay que discutirlo y planificarlo con el pueblo. Necesitamos hacer cambios estructurales en la sociedad que permitan salir de la crisis profunda en la que estamos inmersos. Y en ese plan habrá propuestas de corto y de medio plazo, hasta llegar a convocar una asamblea constituyente para reformar el régimen político.
¿Cuáles son los posibles escenarios que hay de cara a las próximas elecciones?
Hay 3 escenarios resultantes de la disputa electoral de octubre. Primero, si se garantizan elecciones limpias y Lula es electo presidente con un programa de izquierda. Porque la experiencia que Lula hizo anteriormente resultó en un gobierno de conciliación de clases. Ahora la burguesía lo abandonó, entonces, Lula será electo por la fuerza del pueblo y eso obligatoriamente generará un gobierno popular más de izquierda. Si él no es candidato el segundo escenario seria intentar elegir un candidato de centro. Aunque eso va depender de la coyuntura y se resolverá en los últimos días de la elección, porque la situación legal de Lula se va resolver el 15 de septiembre, y las elecciones son el 7 de octubre. Si Lula no puede ser candidato puede pasar que él señale a otro nombre, imaginando que él pueda transferir base electoral, pero nadie sabe si el pueblo va aceptar. Dentro del PT no hay ningún liderazgo popular que pueda representar la voluntad de Lula. El PCdoB, que es otra fuerza de izquierda pero chiquita, ya presenta la propuesta que ellos no teniendo a Lula, harían una inflexión hacia el centro y apoyarían al candidato del PDT (Partido Democrático Trabalhista) que es Ciro Gomes. Él es un candidato de centro y en su cabeza intentaría volver hacer un gobierno de conciliación de clases, ya anunció que su vice será un gran empresario, que incluso fue su patrón. Y no veo otro candidato de centro que pueda aglutinar. El tercer escenario seria una victoria de la derecha, pero está muy dividida, tendrían que utilizar mucho dinero y mucha manipulación mediática para intentar que alguno de ellos tuviera viabilidad electoral. No creo que suceda. Entonces los escenarios pueden ser estos, Lula, o alguien que Lula indique, o alguien del centro, pero no veo que la derecha tenga posibilidades de ganar las elecciones en Brasil.

martes, 22 de mayo de 2018



Abecedario para entender la 

victoria del chavismo en Venezuela


Katu Arkonada *



El chavismo volvió a ganar las elecciones en Venezuela. Son 22 de 24 elecciones celebradas en Venezuela desde el triunfo del comandante Chávez en 1998, triunfo que inauguró el cambio de época en América Latina.


En un claro ejemplo de disonancia cognitiva, una buena parte de la opinión pública internacional, incluida la izquierda, no termina de entender por qué si Venezuela es una dictadura en medio de una guerra civil, se celebran elecciones en paz, sin muertos, y con resultados parecidos, en participación y apoyo al ganador, a otros procesos electorales en el continente.


Vamos con un breve abecedario para intentar comprender lo sucedido:


C de chavismo. Este abecedario no comienza por la A, si no por la C de chavismo, que más que un concepto teórico, es una teoría de acción colectiva, plebeya, llevada a la práctica. Sin el chavismo político y sociológico, salvaje en palabras de Reinaldo Iturriza, no sería posible entender no ya la revolución bolivariana, sino la resistencia heroica a los ataques políticos, económicos y mediáticos contra un proceso, ataques que comenzaron con la victoria de Chávez, pero se recrudecieron con la muerte del comandante en 2013.


E de elecciones. Celebradas en un ambiente de total calma y tranquilidad, y garantizadas por un sistema electoral que la propia Unión Europea ha avalado, o el ex presidente estadunidense Jimmy Carter ha considerado como “el más seguro del mundo”. Es necesario destacar que el proceso para votar se abre mediante la huella dactilar, única, de cada persona, que permite realizar un voto electrónico en una máquina, que a su vez emite un recibo, que a su vez se introduce en la urna. Por tanto, el proceso tiene 3 salvaguardas que lo convierten en extremadamente seguro y confiable ante cualquier auditoría.


F de Falcón. Henri Falcón, el segundo candidato (de los cuatro que había, un oficialista y tres de oposición) más votado, ha demostrado que se puede ser opositor, plantear medidas que suponen un regreso a la doctrina del shock neoliberal, y competir electoralmente siempre que se haga de manera democrática y no violenta.


M de Maduro. La ofensiva chavista que permitió ganar 20 de 23 estados en el país y más de 300 alcaldías, así como las elecciones a la Asamblea Constituyente, no hubiera sido posible sin el liderazgo de Nicolás Maduro. Es necesario recordar que el actual presidente venezolano no sólo fue un gran dirigente sindical ya desde los tiempos en que Chávez daba el golpe cívico-militar de 1992, sino que además de diputado, y constituyente, fue el mejor canciller que ha tenido la ALBA, durando en su cargo seis años.


G de guerra económica. Estas elecciones se han realizado en medio de una hiperinflación y especulación cambiaria inducida, situación sumada a la caída de los precios del petróleo que pasaron de 120 a 20 dólares por barril en cuestión de meses, y la corrupción presente en todo gobierno donde se mueven cantidades millonarias en contratos públicos (desde México hasta Argentina).




O de Oposición. Estas elecciones son la derrota de la oposición, con V de violenta. La oposición violenta que asesinaba personas en las guarimbas o las quemaba vivas por ser pobres, negras, chavistas... Apostaron por una estrategia de confrontación violenta, estrategia que ha sido derrotada por un pueblo organizado, que castigó electoralmente al chavismo en las elecciones legislativas de 2015, pero no avaló electoral ni políticamente la confrontación violenta y golpista.


S de Santo Domingo. Esperamos que un día se hagan públicos los acuerdos de Santo Domingo que nunca llegaron a firmarse, y por qué la oposición venezolana, después de haber acordado con la delegación del gobierno seis puntos, incluida la celebración de elecciones y el reconocimiento al resultado de las mismas, nunca se sentó a firmar y ratificar el acuerdo al que habían llegado.


U de United States. Así, en la lengua del imperio, para entender la forma de pensar de un país que ha hecho del imperialismo su doctrina política, económica y militar; de un país que mientras se rodea de muros y expulsa migrantes, siembra de bases militares América Latina e impulsa golpes de Estado; de un país cuyo Comando Sur cree tener jurisdicción sobre naciones que defienden su soberanía política, económica y territorial. El imperialismo hoy está más presente que nunca en Venezuela (declarada peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos), y el objetivo es claro: petróleo, gas, coltán y otros recursos estratégicos.


Z de Zapatero. La agresión sufrida por el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, nada sospechoso de chavista, en un colegio electoral donde votan las clases altas de Caracas, retrata a la oposición venezolana. Una oposición con rasgos no ya autoritarios, sino fascistas.


Este pequeño abecedario nos va a ayudar a entender lo que ha sucedido hasta el día de hoy, donde el chavismo se ha impuesto con rotundidad a una oposición dividida en la táctica y la estrategia a seguir. Pero toca estar vigilantes, la estrategia envolvente que viene ahora pasa tanto por el aislamiento internacional de la revolución bolivariana, como por una estrategia de desestabilización para intentar ganar mediante la violencia lo que no han podido ganar en las urnas.


El gobierno venezolano tiene muchos defectos, como todos los gobiernos del mundo, pero el pueblo venezolano ha hablado en las calles y ha dado un voto de confianza a Maduro para resolver una crisis económica inducida. Es claro que el chavismo tiene más apoyo que el proyecto opositor de vuelta al neoliberalismo y eso es lo único que debería importarnos, respetar la soberanía política, económica, territorial y popular de un pueblo informado y politizado, que aun con la necesaria crítica y autocrítica, no quiere volver al pasado.


@katuarkonada


*Katu Arkonada ha participado como observador y acompañante del proceso electoral venezolano. Análisis enviado desde Caracas la noche del 20 de mayo de 2018


http://www.jornada.unam.mx/2018/05/21/opinion/025a1mun

domingo, 20 de mayo de 2018


COMENTARIOS Y PROPUESTAS
PARA LA II REUNIÓN DE SOCIALISTAS EL 22/IV/18

Camilo Valenzuela

Convencido de que el proceso de unificación de los miles de socialistas de México, hoy dispersos en múltiples fuerzas-grupos, movimientos y partidos electorales, avanzará colocando en el centro el que hacer político común, y dada la intensidad-amplitud de la disputa política-electoral en curso, nos parece acertado iniciar la II Reunión de Socialistas, con la “Discusión sobre el carácter, orientación, linea política estratégica y táctica (todavía “no somos nueva organización”) en atención a la coyuntura política que vivimos en México”
Comparto que la “disyuntiva entre la continuidad y profundización del neoliberalismo y el fascismo o la posibilidad de ruptura de ese proceso establecido con nuevo régimen de gobierno sustentado en el poder popular”, es la contradicción principal a resolver y la tarea táctico-estratégica, que debemos priorizar socialistas y movimientos democrático-populares.

1. Sobre el o los cómo, desde el V y VI Encuentros… Volver a Marx, celebrados en mayo del 2015 y 2016, quedaron delineadas tres líneas de trabajo:

a). Empujar la conformación de un Frente Amplio Mayoritario contra el fascismo y neoliberalismo y por el rescate de México del dominio del gran capital.

b). Promover un actor democrático-popular de masas desde los movimientos sociales de los trabajadores y pueblos, fortaleciendo y unificando los frentes en que se viene articulando sus luchas a nivel local y nacional, con métodos de trabajo participativo formativos, para que se vayan constituyendo como “poder del pueblo” y superando cultura y practicas corporativo verticales.

c). Ante los retos que nos convocan, de dar una salida popular y patriótica al desastre económico-ecológico, así como al drama social y descomposición institucional que padece la nación, asumimos la necesidad del trascender las tendencias sectarias, grupales o individuales, para recrearnos en una organización-movimiento superior, que nos permita posicionar al socialismo democrático como referente en el debate nacional y en la lucha política-popular y patriótica.

2. En el curso de 2018, la disputa político-electoral ha ocupado el centro del escenario nacional, reacomodando clases y sectores de clase, fuerzas e instituciones, en torno a frentes de partidos electorales y sus candidaturas, tendiendo a decantar la batalla entre continuidad neoliberal y fascista, o posibilidad de un gobierno patriótico-democrático.

a) De las tres líneas de trabajo estratégicas arriba referenciadas, la que se viene perfilando más claramente, es la del Frente Amplio por el Rescate de México contra la continuidad neoliberal-fascista, sumando fuerzas democrático-populares y de izquierda, de centro izquierda, de centro y de centro-derecha, en torno a la candidatura de AMLO, sin adquirir una expresión política-organizativa definida, como se dio en 1988 con el FDN y en 2006 con la Coalición por el Bien de Todos.

Ahora la confluencia de fuerzas se opera por el candidato presidencial, a través de personas nombradas por él en roles de dirección-operación nacional o locales en Morena, y/o candidaturas federales y locales claves, bajo el discurso de que tod@s caben en este partido electoral, borrando así limites o contornos e instancias político-organizativos del mismo.

Pese a esta característica, la ola ciudadana en torno a AMLO configura ya una mayoría, y cada vez más se suma más grupos político-empresariales locales y regionales, que antes se encuadraban en el campo de la continuidad neoliberal,… En la mayoría de las encuesta se da ventaja de más de 20 puntos a AMLO, y no son pocos los comentaristas que la consideran irreversible. Pero falta el tramo más intenso de la disputa, y el lance de Carlos Slim y el CCE expresan, que la cúpula oligárquica va a hacer uso de su poder mediático-político y económico para buscar imponer la continuidad, con un nuevo golpe de Estado-fraude con las variantes que le sean necesarias… Para enfrentar y derrotar ese poder oligárquico dominante, no basta ser mayoría electoral. Ya lo fuimos claramente en 1988 y 2006.

Tampoco basta que el candidato asuma que ahora no va a contener el tigre ciudadano-popular, en caso de fraude. Necesitamos que en la mayoría de la ciudadanía y fuerzas organizadas que están asumiendo la urgencia del cambio de gobierno y de rumbo, se asuma la consigna de NI UN FRAUDE NI SEXENIO NEOLIBERAL MÁS, así como que se generalice la organización de brigadas-comités promotores del voto y de gobierno participativos, que movilice a la ciudadanía a votar el 1° de julio, así como a cuidar el voto en las urnas, e ir preparando asambleas para elegir delegad@s a convenciones municipales en esa semana, en la ruta de enviar representación a la convención del poder ciudadano-popular nacional el 14 y 15 de julio, donde se deberá definir: Que hacer si la oligarquía político-empresarial desató fraude y usurpación…, o que hacer junto al nuevo gobierno de AMLO, para iniciar la reconstrucción de México y la refundación democrática del Estado nacional y gobiernos estatales y municipales, incluyendo la posibilidad de iniciar exigencia y preparación de un Congreso Constituyente.

b) La segunda y tercera línea estratégica de trabajo, podrán avanzar solo si aportan perspectivas y organización transformadoras a esa ola ciudadana con escasa visión y espacios participativos, que emerge del hartazgo generalizado y exhibiendo el agotamiento de la hegemonía neoliberal, pero también las limitaciones de los aparatos burocrático-electorales. Alianzados partidos políticos.

Tomemos pues los acuerdos y medidas organizativas, para volcar toda nuestra capacidad a acuerpar los movimientos y fuerzas de trabajadores y pueblos, así como de organizaciones socialistas, para aportar lo más que podamos a este gigantesco reto y hacer historia junto a esa enorme masa ciudadana-popular que busca cambio en torno a AMLO, porque, como sabemos, solo cuando las masas deciden luchar por gobierno y rumbo, se hace historia…

https://encuentromx.blogspot.mx/

lunes, 14 de mayo de 2018


CARTA DEL MST AL PUEBLO BRASILEÑO

Brasil vive una profunda crisis económica, política, social y ambiental, resultado de la crisis internacional del capitalismo y del a propia incapacidad de este sistema de solucionar las contradicciones que genera. En este contexto, las salidas autoritarias, como los golpes y ataques a la democracia, han sido la fórmula adoptada para garantizar una violenta ofensiva neoliberal, que retira derechos de los trabajadores y trabajadoras, al mismo tiempo en que secuestra y subordina al Estado a los intereses de grandes grupos empresariales.

Es necesario tener claridad e identificar quiénes son los responsables por esta crisis y por la inestabilidad política en la cual vivimos para enfrentarlos: el Capital financiero internacional; los medios de comunicación, en especial la Red Globo, que alimentaron e inflaron a los movimientos golpistas y fascistas; el poder Judicial, que por un lado, coloca sus intereses y privilegios por encima de la Constitución, y por otro, premia con la impunidad toda represión y violencia contra los pobres.

Este momento exige de las fuerzas progresistas unidad de acción y esfuerzo en construir un Proyecto Popular para el Brasil, capaza de enfrentar los problemas estructurales de nuestro país, combatiendo la miseria y el desempleo; retomando el desarrollo; enfrentando la cuestión de vivienda y la movilidad urbana en las ciudades; garantizando la salud y educación públicas y de calidad; llevando a cabo la reforma agraria en el campo; protegiendo los bienes comunes de la naturaleza e impidiendo su privatización; y recuperando la soberanía nacional.

Por eso, convocamos al conjunto de la sociedad para construir y participar del Congreso del Pueblo Brasileño, organizado por el Frente Brasil Popular, para que sea este espacio de discusión y organización en torno a los problemas del país y de las medidas estructurales necesarias para superarlos.

También reafirmamos nuestra convicción en la inocencia del presidente Lula, defendemos su derecho de disputar las elecciones presidenciales y ante esta prisión política resultado de un proceso ilegal e ilegítimo, ¡exigimos su libertad!
Por todas estas razones, el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, declara públicamente su apoyo a la candidatura de Luiz Inácio Lula da Silva, por entender que ella representa la lucha contra el golpe y los deseos del pueblo brasileño de cambios en este escenario de crisis que nos afecta a todos.

No dejaremos olvidar, ni pactaremos con la impunidad y por eso exigimos la solución y la justicia para el asesinato de nuestra compañera Marielle, así como el de tantos jóvenes pobres víctimas de la represión. Que su ejemplo en vida continúe inspirando a los jóvenes y a las mujeres y a los trabajadores y trabajadoras en estos tiempos de represión y autoritarismo. En su memoria, ¡ni un momento de silencio, sino el compromiso y la lucha de las trabajadoras y de los trabajadores rurales Sin Tierra contra el golpe, contra el retiro de los derechos y de la libertad, por un país más justo, igualitario y soberano!
¡Lula Libre! ¡Marielle Vive!
¡Luchar, Construir Reforma Agrária Popular!
Dirección Nacional del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra
São Paulo, 12 de mayo de 2018

viernes, 11 de mayo de 2018



¿Qué tan exitoso fue el golpe de Estado?
Immanuel Wallerstein
El 7 de abril de 2018, Luiz Inácio Lula da Silva fue arrestado en Brasil y llevado a la prisión en Curitiba para comenzar una sentencia por dos años. Fue presidente de Brasil de enero de 2003 a enero de 2011. Era tan popular que cuando dejó el cargo en 2011, tenía una tasa de aprobación de 90 por ciento.
Casi de inmediato fue acusado de incurrir en corrupción mientras estaba en su puesto. Él negó los cargos. Sin embargo, fue condenado, y la condena la sostuvo la corte de apelaciones. Ahora sigue apelando su sentencia ante la Suprema Corte.
No obstante, de acuerdo con una interpretación de la ley brasileña, él puede ser encarcelado una vez que la corte de apelaciones afirme su sentencia sin esperar al juicio ante la Suprema Corte. Pero él exigió un habeas corpus, que lo habría podido mantener fuera de la cárcel hasta agotar todas las posibles apelaciones. La demanda fue rechazada en una votación de 6-5. De ahí en adelante, el juez que lo acusó desde el inicio y que ha sido particularmente hostil hacia Lula, Sergio Moro, se movió con rapidez para ponerlo tras de las rejas.
¿Cuál fue la razón para este rudo trato que no se le ha aplicado a otros que enfrentan cargos más graves? Para entender eso, debemos revisar la historia reciente de Brasil y el papel de Lula.
Lula era un líder sindical que fundó un partido obrero, el Partido dos Trabajadores (PT). Éste era el partido de los desclasados y uno que representaba un cambio fundamental en Brasil y en América Latina como un todo.
Lula contendió para presidente en varias elecciones sucesivas. Tal vez le robaron la elección en por lo menos una ocasión. Finalmente ganó en octubre de 2002.
El sistema electoral brasileño conduce a una profusión de partidos, ninguno de los cuales ha sido nunca capaz de ganar una pluralidad mayor que 20 por ciento de los escaños en la legislatura, mucho menos la mayoría. Por tanto, para gobernar, el partido con una pluralidad debe hacer arreglos con otros partidos de inclinaciones bastante diferentes en lo ideológico.
Pese a esta limitación, Lula fue capaz de formar un gobierno y obtener respaldo legislativo para realizar significativas transferencias de recursos al tercio más pobre de la población, lo que explica su popularidad. Fue también capaz de conducir a los estados americanos a forjar nuevas estructuras interestatales que no incluyeran ni a Estados Unidos ni a Canadá.
Las redistribuciones internas y los realineamientos geopolíticos desagradaron muchísimo tanto a EU como a las fuerzas de la derecha brasileña. Una cuestión que hizo difícil para ellos contrarrestar a Lula fue el hecho de que el estado de la economía-mundo en la primera década del siglo XXI era muy favorable a las llamadas nuevas economías emergentes, también conocidas como BRICS (la B siendo de Brasil).
Pero los vientos de la economía-mundo dieron un viraje y, repentinamente, los ingresos para el Estado brasileño (y por supuesto el de muchos países) se hicieron más escasos.
La derecha encontró una renovada abertura en el apretón financiero que siguió. Culparon a la corrupción de las dificultades económicas y alimentaron un impulso judicial al que llamaron lava jato (o autolavado, literalmente lavado a presión en portugués), que evocaba el lavado de dinero, algo que de hecho era algo generalizado.
En 2011, Lula fue sucedido en la presidencia por Dilma Rousseff, una líder más conservadora en el PT brasileño. Cuando algunos miembros del PTB dentro del gabinete fueron condenados por corrupción, la derecha lanzó una jugada para enjuiciar a Dilma. No se le acusó de corrupción a ella pero sí de una inadecuada supervisión de sus subordinados en posiciones de liderazgo.
Ésta era una excusa muy frágil. Como Boaventura de Sousa Santos lo puso: la única política impecablemente honesta en Brasil era acusada de corrupción por los votos de los más corruptos funcionarios de la tierra.
La razón para que la derecha se involucrara en esta farsa fue que el vicepresidente –que sucedería a Dilma tras su enjuiciamiento– era Michel Temer, quien había puesto a Dilma en la plataforma que era parte de una coalición electoral.
Temer asumió el cargo de inmediato y rechazó la idea de unas prontas elecciones que casi con toda seguridad habría perdido. En cambio, una de las primeras cosas que emprendió fue arreglar que los cargos sustanciales contra sí mismo por corrupción fueran retirados.
El motivo para enjuiciar a Dilma parece claro. Se trataba de evitar que Lula contendiera en la próxima elección para presidente. El punto de vista de consenso es que Lula habría vuelto a ganar. La única manera de pararlo era acusarlo a él de corrupción. La fuerza del PT estaba vinculada cercanamente al carisma de Lula. Cualquier otro candidato hubiera sido incapaz de obtener el respaldo en todas partes que Lula habría obtenido.
Una vez que Lula fue amenazado con el inmediato encarcelamiento, las dos principales fuerzas populares expresaron su fuerte oposición a lo que afirmaron era un golpe de Estado. Una de tales fuerzas fue la Central Única de Trabajadores (CUT), que alguna vez encabezó Lula, y el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), la organización rural más grande de Brasil.
El dirigente del MST, João Pedro Stedile, explicó las razones de su respaldo. El MST había tenido muchos desacuerdos con Lula y se había desencantado con su rechazo a romper con las políticas neoliberales. Pero aquellos que intentaban evitar que Lula contendiera eran en verdad antagonistas de todas las cosas positivas que Lula había logrado e instaurarían severas medidas retrógradas.
El MST y la CUT organizaron significativas movilizaciones contra el encarcelamiento, pero enfrentados con la amenaza de la intervención de las fuerzas armadas (y la posible restauración de un régimen militar), Lula decidió presentarse a su arresto. Él está ahora encarcelado.
La cuestión ahora es si este golpe de Estado de la derecha puede tener éxito. Esto ya no depende de Lula personalmente. La historia puede absolverlo pero la lucha actual en Brasil y en América Latina como un todo depende de la organización política en la base.
El gobierno de Temer proseguirá con fiereza sus políticas neoliberales. Y sin duda Temer se presentará como candidato para las elecciones. Temer no tiene vergüenza ni conoce límites por lo que arriesga ir demasiado lejos muy aprisa.
Una de las principales características estructurales del moderno sistema-mundo en el que nos encontramos es la gran volatilidad de la economía-mundo. Si llegara a hundirse más de lo que está al presente, puede muy bien haber un repunte del sentimiento popular hacia el régimen. Si comenzara a incluir a grandes segmentos de los estratos profesionales, sería bastante posible una alianza con los desclasados.
Aun entonces no será fácil cambiar las realidades políticas de Brasil. Es probable que el ejército esté pronto a evitar que un gobierno de izquierda llegue al poder. Sin embargo, no debemos desesperar. El ejército ya fue derrotado una vez antes y fue expulsado del poder. Puede ocurrir de nuevo.
En resumen, el panorama para Brasil y América Latina como un todo es altamente incierto. Dado su tamaño y su historia, Brasil es una zona clave en la lucha a mediano plazo, en favor de un resultado progresista en la contienda entre la izquierda y la derecha globales que resuelva en su favor la crisis estructural.
Brasil amerita nuestra cercana atención colectiva y nuestra activa participación solidaria.
Traducción: Ramón Vera-Herrera
© immanuel Wallerstein
http://www.jornada.unam.mx/2018/05/11/opinion/017a1pol

domingo, 6 de mayo de 2018


BUSQUEMOS CONMEMORAR BICENTENARIO
DE MARX... MARXISTAMENTE

Camilo Valenzuela
CDMX, 5 de mayo de 2018

A Marx le repugnaban los que convertían el naciente socialismo científico en sagradas escrituras, repetían citas como los creyentes y clérigos lo hacen con la Biblia u otras escrituras de otras religiones. Con sentido del humor se deslindaba de esta actitud dogmática, diciendo que él no era marxista.
Marx remarcaba que el alma de esa teoría del proletariado era el análisis concreto de las situaciones concretas y, de cara a ello debía desprenderse el qué hacer, el cómo hacer, el con quién y cuándo, porque esa teoría y ese análisis era una guía para la acción creativa y concreta.


I
Marx y Engels sentaron las bases de una teoría para entender la esencia y mecánica del capitalismo, a partir de su leimotiv que es la extracción de plusvalía y la máxima tasa de ganancia. Ubicaron su lugar en la evolución de la humanidad, lo que implicó una reinterpretación de la historia desde la etapa que representaba ese sistema económico social, entonces inicial…
Por lo demás, ese es el método del análisis histórico: desde la actualidad que se vive se reinterpreta el pasado y se atisba el futuro, actualizando paradigmas-programas y estrategias, para luchar por construir el futuro, según concepciones e intereses de clase-pueblos-naciones que se represente…
Pues bien, ubicadxs en este obscuro inicio de siglo XXI: ¿qué cuestiones habría que resaltar para conmemorar Bicentenario de Marx marxistamente? Es decir, para aportar a generar un pensamiento que, captando el entramado de contradicciones que determinan la dinámica político-social en curso, contribuya a que la clase trabajadora, los pueblos y naciones, la humanidad toda, se esclarezcan retos actuales y los cómo tender a encararlos.
I I
Un primer concepto que debiéramos resaltar para buscar actualizar nuestro pensamiento y práctica, es el de crisis civilizatoria, que ha generado el capitalismo en general, pero que agrava intensa y peligrosamente su medio siglo de capitalismo neoliberal.
La crisis civilizatoria incluye el agravamiento de la crisis sistémica del capitalismo, porque en su período neoliberal ha extremado, con la ciencia y la técnica más avanzada de la historia humana su irracionalidad social cultural y política-militar, incorporando como cuestión de vida o muerte para la humanidad, la destrucción ecológica-ambiental extrema y desbocada… que en breve lapso se puede volver irreversible…
La crisis civilizatoria exige conmemorar a Marx, ubicando el paradigma de la emancipación humana de toda explotación y opresión, enmarcada en el paradigma de defensa de la naturaleza y la vida en el planeta tierra…
I I I
Como para el marxismo, la interpretación de la realidad tiene como propósito transformarla, la cuestión del sujeto del cambio es parte esencial de su teoría política, que en eses inicios del capitalismo ubicaron en la clase obrera industrial principalmente.
Con la evolución del capitalismo, que ha multiplicado la productividad del trabajo, reduciendo la parte proporcional de trabajadores industriales, sometiendo otras formas de trabajo a su dominio y explotación; complejizando la relación entre campo-ciudad y trabajo manual-intelectual, así como el Estado con el que ejerce y reproduce su hegemonía y dominación; la definición del sujeto de cambio histórico definido por Marx y Engels, ha tendido a darle más peso a lo político-estratégico, respondiendo también a las estructuras sociales imperantes en cada proceso revolucionario nacional y/o continental…
Para los Bolcheviques y Lenin el sujeto de la Revolución en el inicio del siglo XX en Rusia, fue la alianza obrero-campesina; para Mao y los comunistas de la China, la alianza del cambio era campesina-obrera; para Gramci, que captó la necesidad de occidentalizar-actualizar la teoría marxista, cuyo desarrollo había sido jalonado por proceso revolucionario ruso hacia cierto Asia-centrismo, el sujeto del cambio en países con capitalismo y Estado mas desarrollados y complejos, sólo podía ser un Bloque Histórico hegemonizado por el proletariado desde la sociedad civil altamente participativa.


I V
Caracterizado el sujeto del cambio, otro reto que la teoría revolucionaria aborda, es definir el contenido programático y lineamientos estratégicos del proceso de lucha, en que aquel ha de desarrollar su capacidad de lucha y organización hasta alcanzar la capacidad para disputar y alcanzar la hegemonía, pasando a ser dominante e iniciando transformaciones para adentrarse en construcción de nuevo Estado y nueva sociedad… que para nosotros debe ser socialista-democrática-igualitaria-ecologista.
En este terreno programático-estratégico, el marxismo nació dando relevancia a la cuestión social y democrática, tanto que su combinación en el desarrollo de lucha-organizativa, dio nombre a los primeros partidos marxistas: socialdemocracia. Téngase presente que el marxismo nació en países del capitalismo central.
En el Partido Socialdemócrata Ruso, construido en el relevo del siglo XIX por el XX, la combinación de la lucha social y democrática siguió siendo relevante, pero se incorporó el debate de la interrelación específica que debería tener en un país con una economía y un Estado no capitalista. Ya es conocida la lucha de tendencias por varios lustros dentro de la socialdemocracia rusa, entre Mencheviques y Bolcheviques…
Con la Revolución de Octubre, el reto de iniciar reconstrucción de un nuevo Estado y las reformas económicas-sociales desde un país capitalistamente atrasado, obligó a Bolcheviques con Lenin a la cabeza, a modificar expectativas porque no se había logrado la Revolución Proletaria en ningún país del capitalismo avanzado, y también a modificar planteamientos recién plasmados en El Estado y la Revolución, publicado en agosto de 1917; modificaciones que expresan la genialidad creativa de Lenin de cara a situaciones no previstas, que García Linera expone en su antidogmática conferencia “El Estado y la Revolución y la Revolución y el Estado”.
V
Desde mediados del Siglo XX hemos vivido un proceso de Latinoamericanización del marxismo, el cual ha combinado varias vetas. Una de ellas fue la Revolución Cubana y su impacto en nuestro continente, colocando con fuerza el tema del peso del imperialismo en nuestro subdesarrollo dependiente, así como el debate sobre las formas de lucha y la vía del cambio, sumando a la clásica de la insurrección, y a la maoista de la guerra popular prolongada, la de la lucha armada guerrillera.
Otra veta muy original de América Latina, fue la Teología de la Liberación, que planteó la viabilidad de asumir la religiosidad popular como factor transformador, encarando el uso conservador que tradicionalmente le había dado las jerarquías eclesiásticas y las clases dominantes, desde la colonización y en las luchas por la independencia.
Una tercera veta fue el desarrollo de la Teoría de la Dependencia, expresión de una concepción de economía política del subdesarrollo latinoamericano, ubicándolo como la otra cara del capitalismo del primer mundo, destruyendo las teorías que generaban la ilusión en que, nuestros países seguirían un desarrollo como aquellos sin necesidad de una nueva revolución de liberación nacional y popular, que las burguesías locales no podían plantearse por su subordinación estructural e ideológica al capitalismo trasnacional.
Este proceso de Latinoamericanizar marxismo, ha conllevado sobreponerse a la carga eurocentrista del marxismo clásico, al marxismo oficial generado desde el Estado Soviético post-Lenin, así como con múltiples “ismos”, como Trotskísmo, Maoísmo, “Albanísmo”…
Un jalón importante en este proceso de creación teórica latinoamericana, lo ha aportado la irrupción de la lucha continental de los Pueblos Originarios: primero con jornadas de discusión acción hacia y en torno a los 500 años de resistencia en 1992, después con la insurrección indígena zapatista en 1994, así como por la lucha político-electoral indígena-popular en Bolivia, que lograron ganar gobierno y están construyendo una nación pluriétnica y pluricultural del Buen Vivir…
La fuerza de esta irrupción de la lucha de los Pueblos Originarios, componente histórico y específico de nuestro continente, ha obligado a valorar cultural y políticamente la cuestión étnico-nacional, que antropólogxs de izquierda venían reclamando desde los setentas, rescatando y enriqueciendo a Mariátegui, quien desde el Perú Indígena-Afro-Mestizo, exigía desde la primera mitad del siglo pasado, que nuestro marxismo no debería ser calca y copia del de Los Clásicos y Soviético.


VI
Hace 200 años nuestro continente vivía un proceso insurgente, buscando sacudirse casi 300 años de conquista y saqueo, para constituirnos como los Estado-naciones que chueco o derecho somos.
El pensador revolucionario que conmemoramos nacía en una ciudad de Europa, el continente de los Estados que nos colonizaban, con toda la destrucción y envilecimiento que se impone a las sociedades y clases sometidas. La conmemoración del Bicentenario de Marx es mundial, expresión de la vitalidad de la teoría del Socialismo Científico, cuyos cimientos fundó junto a su camarada Federico Engels.
Expresión también, de que lxs asalariadxs, la clase para la que pensó y con la que luchó, padeciendo destierros y penurias extremas junto a su familia, lucha desde todas las naciones del mundo contra la explotación mas inhumana a que haya padecido en estos 200 años de capitalismo, con programas-estrategias y alianzas que buscan responder a sus realidades concretas, enfrentando a oligarquías politico-empresariales vendepatrias, integradas como socias subordinadas de corporaciones trasnacionales y países imperialistas encabezadas por EU.
En México y America Latina hemos luchado desde los años setenta contra neocolonización, instrumentada vía dictaduras-guerras sucias, endeudamiento-privatización-tratados comerciales, y una falsa guerra al narcotráfico, que militariza con mando gringo bañando en sangre-atemorizando, para obligar a clase trabajadora-pueblos y mayoría, a soportar infierno de explotación-pobreza y despojo-depredación territorial y ecológica, que el capitalismo neoliberal genera...
En varios países de América Latina se han conformado bloques político-sociales que han quitado gobiernos a camarillas políticas al servicio de gran capital, iniciando reconstrucción del sector social y público de sus economías en función del bienestar de trabajadorxs y sus mayorías, bajo acoso y bloqueo trasnacional coordinado por gobierno de E.U.
En México, la disyuntiva de más desastre y barbarie neoliberal o cambio de gobierno y rumbo, emergió como contradicción y reto principal desde 1988, desde el año pasado tendió a reactivarse-ampliarse con un ánimo social de cambio -al que Peña Nieto llamó mal humor social-, y en lo que va del 2018 se ha conformado como bloque político-electoral amplio en torno a AMLO.
A 2 meses de 1 de julio, danza de encuestas registran una diferencia de intención del voto a favor de AMLO que se tiende a considerar irreversible... Pero ya hemos ganado en las urnas...y la derecha neoliberal no ha tenido límites éticos ni legales para hacer fraude y usurpación. La Izquierda Socialista y movimientos democratico-populares debemos alertar contra esas ilusiones y promover que la ciudadanía se organice para movilizarce a votar masivamente y para defender su voluntad popular, preparando la desobediencia civil-pacífica generalizada de la tigrada, bajo la consigna de

¡NI UN FRAUDE, NI SEXENIO NEOLIBERAL MAS!

PREPARAR Y ORGANIZAR EL COMBATE PARTICIPATIVO DE MASAS POR EL GOBIERNO… ES EL MEJOR HONENAJE A CARLOS MARX, QUE FUE UN LUCHADOR POLÍTICO POR LA DEMOCRACIA Y EL SOCIALISMO!

En el bicentenario del nacimiento de Carlos Marx
Ciudad de México, a 05 de mayo de 2018

viernes, 27 de abril de 2018


Brasil 2018, el PT y Lula
Valter Pomar *
El resultado de la campaña por la libertad de Luiz Inacio Lula da Silva, la movilización social contra las medidas del gobierno golpista, las definiciones estratégicas que el Partido de los Trabajadores (PT) vaya a adoptar y el desenlace de la próxima elección presidencial van a decidir no sólo el futuro de Brasil, sino también del PT.
En 1960, el pueblo brasileño asistió a las urnas y eligió presidente. En 1964 se produjo un golpe militar. Uno de los motivos del golpe era impedir la posible victoria, en las elecciones presidenciales de 1965, de Leonel Brizola, líder del Partido Laborista Brasileño. Después del golpe de 1964 tuvimos 21 años de dictadura militar, durante la cual la presidencia de la república estuvo ocupada por generales. Fue en 1985 cuando un colegio electoral, compuesto por parlamentarios, eligió un mandatario civil, ex líder del partido que apoyó la dictadura.
Sólo en 1989 el pueblo brasileño reconquistó el derecho de elegir, mediante el voto directo, presidente de la república. En esos comicios de 1989, Luiz Inacio Lula da Silva, principal dirigente del PT, concurrió a la presidencia de la república por primera vez. Casi venció. Después perdió otros dos comicios, en 1994 y 1998. Sin embargo, Lula continuó participando y venció en las presidenciales de 2002 y 2006. Después, con el apoyo de Lula, Dilma Rousseff, también del PT, ganó los de 2010 y 2014.
Los sectores derrotados en las jornadas electorales de 2014, 2010, 2006 y 2002 no se conformaron con la situación y pasaron a articular un golpe de Estado. En 2016, sin que hubiera ningún crimen, una mayoría parlamentaria de centroderecha, apoyada por la cúpula de la justicia y las fuerzas armadas, el oligopolio mediático y el gran capital, aprobó un impeachment totalmente ilegal.
Desde agosto de 2016 la presidencia de Brasil es ejercida por el hasta entonces vicepresidente de Rousseff, un señor llamado Michel Temer, afiliado al partido Movimiento Democrático Brasileño (MDB). El gobierno golpista de Temer aplica un programa que destruye la soberanía y entrega las riquezas nacionales, desmonta los programas sociales, genera desempleo, acaba con los derechos laborales y reduce las libertades democráticas. Las encuestas revelan que el gobierno golpista de Temer es rechazado por más de 90 por ciento de la población del país. Y los sondeos de intención de voto apuntan que Lula es el preferido para ganar en las presidenciales de octubre de 2018.
Para impedir que esto ocurra desencadenaron una campaña de medios contra Lula y el PT, amenazan con cesar la leyenda del partido y procesaron y condenaron a Lula sin que hubiera pruebas. Ahora lo arrestaron.
La Constitución brasileña es clara: nadie puede ser detenido antes de ser considerado culpable por todas las instancias de la justicia. Hasta el momento, quienes condenaron a Lula, en un juicio lleno de irregularidades y sin pruebas, fueron jueces de primera y segunda instancias. En la justicia de Brasil existen tres instancias. Por tanto, según la Constitución brasileña, Lula no podría ser arrestado y ni siquiera podría ser considerado culpable. Pero la más alta Corte judicial del país ha dado su respaldo para recluir a Lula.
No es sólo Lula quien está bajo ataque. El PT, así como los movimientos sociales y demás partidos de la izquierda brasileña, también están siendo agredidos. Pero, aun si las encuestas siguen confirmando que Lula es el preferido para vencer en las presidenciales, los mismos sondeos confirman que el PT continúa siendo el partido que cuenta con la mayor simpatía del pueblo brasileño.
Por esto, si dependiera del sector que comanda el golpismo, Lula quedaría preso muchos años, siendo impedido de concurrir a los comicios y hacer campaña. Si ello ocurriera, las presidenciales tenderían a convertirse en fraude.
Hoy hay 21 precandidatos a la presidencia. De éstos, 16 apoyaron directa o indirectamente el golpe de 2016. Si Lula es candidato, la izquierda seguramente estará en la segunda vuelta. Pero si no es postulado, las encuestas indican que una candidatura de extrema derecha es la que tiene mayor posibilidad de estar en la segunda vuelta.
Frente a este escenario hay diferentes posiciones en la izquierda brasileña.
Un sector de ésta defiende participar en las presidenciales, sea por creer que la izquierda puede vencer y/o creer que las elecciones serían una oportunidad para dialogar con la población y acumular fuerzas.
Otro sector de la izquierda defiende que si Lula es impedido de concurrir como candidato e incluso hacer campaña, el resultado ya estará predeterminado y lo mejor será llamar al voto nulo.
Ningún sector de la izquierda defiende boicotear las demás elecciones –para diputados estatales y federales, para senadores y gobernadores–, que van a celebrarse simultáneamente a la presidencial.
La posición del PT, aprobada por su dirección nacional en diciembre de 2017 y reafirmada tras la detención de Lula, es la siguiente: él es nuestro candidato a la presidencia y será inscrito ante el Tribunal Superior Electoral en el plazo previsto por la ley, es decir, hasta el 15 de agosto.
A pesar de ser la posición del PT, hay importantes líderes petistas que defienden lo siguiente: si la candidatura de Lula es impugnada por la justicia electoral, el PT debería lanzar otra postulación e incluso apoyar una candidatura de otro partido.
El debate sobre la táctica electoral está vinculado, directa e indirectamente, con una discusión sobre la estrategia del partido. Desde 1995 el PT ha adoptado una estrategia que podemos denominar cambio sin ruptura. El supuesto fundamental de ésta es que la clase dominante brasileña respetaría las reglas del juego. Así, sería posible vencer en elecciones presidenciales y legislativas seguidas y utilizar los espacios institucionales para, de forma paulatina y progresiva, aumentar el bienestar social, ampliar las libertades democráticas y afirmar la soberanía nacional de Brasil.
El golpe de 2016 confirmó algo que sectores minoritarios del PT siempre dijeron: la clase dominante brasileña no aceptaría perder sus privilegios y, si fuera necesario, rompería con la legalidad.
Es lo que ha ocurrido en 2016 y la nueva situación exige al PT una rediscusión de su estrategia a medio plazo. Ésta puede llevar al PT a aceptar el nuevo statu quo. O puede llevar a ese partido a adoptar nuevamente la estrategia que defendía en los años 80: hacer cambios también mediante rupturas.
El desenlace de la campaña por la liberación de Lula, la movilización social contra las medidas del gobierno golpista, las definiciones estratégicas que el PT vaya a adoptar y el desenlace de la próxima elección presidencial van a decidir no sólo el futuro de Brasil, sino también el futuro del PT. Éste puede convertirse en un partido con un gran pasado por delante o puede continuar siendo la principal expresión política de la clase trabajadora brasileña.
* Ex secretario ejecutivo del Foro de Sao Paulo
http://www.jornada.unam.mx/2018/04/22/opinion/022a1mun