Brasil: perspectivas y desafíos [Entrevista a João Pedro Stédile]
Curitiba,
Brasil, 9 de junio del 2018
En
el marco de la décimo séptima Jornada de Agroecología y de la
movilización realizada al campamento Lula Libre en Curitiba,
conversamos con el dirigente del MST (Movimiento de Trabajadores
Rurales sin Tierra) sobre la situación que atraviesa el país.
[Por
Silvana Broggi]
-¿Como
se puede caracterizar el clima social que se vive en Brasil?
Brasil
vive una grave crisis económica que viene del proceso de crisis
internacional del capitalismo de 2008 para acá, y que se profundizó
en 2013 y 2014, por ser un país dependiente del capital extranjero y
del capital financiero. Esa crisis desató una crisis social y ahí
llegamos a una crisis política, porque toda vez que se profundiza
una crisis económica y social y que la economía se para, aumenta el
conflicto entre las clases, ya que no hay un excedente económico en
la sociedad, entonces las clases disputan su sobrevivencia en cuanto
clase. Por supuesto que la burguesía tiene más poder económico y
trata de salvarse y poner todo el costo de la salida de la crisis
sobre las espaldas de los trabajadores. En 2016, la burguesía, para
jugar el peso de la crisis sobre la clase trabajadora, tiene que
tener el control absoluto de todos los poderes, para lograr la
hegemonía política e institucional y dar legalidad a sus políticas
antisociales. Por eso dieron un golpe a Dilma. Ya tenían el poder
mediático, tenían la mayoría en el Congreso y tenían el poder
judicial, pero no tenían el control del gobierno. En estos dos años
la burguesía impuso su plan, que desde la perspectiva de la lucha de
clases fue tomar medidas que quitan derechos, apropiarse de las
riquezas que hay en el país, apropiarse de las empresas estatales y
de los recursos públicos para salvarse ellos.
-¿Cuales
son las consecuencias de las medidas del gobierno golpista de Temer
sobre la clase trabajadora?
Con
la dirección en que nos lleva la derecha llegamos al 15% de
desempleo, hay más de 23 millones de trabajadores sin trabajo, y
otros 20 millones con trabajo precarizado, que suman unos 40 millones
de trabajadores fuera del nivel de la producción. Eso generó un
nivel de apatía y desanimo muy grande entre los trabajadores.
Paralelamente, como clase trabajadora, también enfrentamos una
crisis organizativa, porque los partidos políticos y el movimiento
sindical, que tuvieron mucho espacio en la política durante los
gobiernos de Lula y de Dilma, se acostumbraron a hacer luchas
institucionales y electorales, y ahora para enfrentar la crisis,
deberíamos tener una base organizada para la lucha de masas y eso no
viene ocurriendo. La gente está contra el gobierno, siente el peso
de la crisis, pero su única venganza es prometer el voto a Lula.
Entonces llegamos a esta situación, los golpistas para completar su
plan macabro, y jugar todo el peso de la crisis capitalista sobre la
clase trabajadora, necesitan más tiempo, 4 o 5 años. Sabemos que
todos los períodos históricos de crisis profunda del capitalismo se
tarda mucho tiempo para que el capital se reestructure y encuentre
nuevas formas de acumulación capitalista, entonces la burguesía
necesita más tiempo, y tendría que ganar las próximas elecciones.
–
¿Cuáles
son las contradicciones que aparecen en el plano político?
La
contradicción, positiva para nosotrxs, es que ellos no lograron
apoyo popular para su gobierno. Se profundizó el grado de la crisis
económica, y no existe ninguna señal de reestructuración del
sector capitalista, y otro elemento, es que no lograron unidad y no
han podido construir un candidato que unifique a la derecha. Al
contrario de lo que pasó en Argentina, que Macri unificó la a la
derecha, aquí no hay un Macri. Ellos intentaron proponer varios,
pero ninguno cerró, y ahora tienen como 10 candidatos, ninguno de
ellos pasa del 8%.
Para enfrentarlos el pueblo brasilero generó unidad popular en torno la figura de Lula, y por esa razón, la burguesía se volvió contra él después que golpeó a Dilma y abrieron varios procesos hasta conseguir tenerlo en la cárcel. Pero acá también aparece una contradicción, el hecho de encarcelar a Lula, no le quitó el prestigio frente a las masas. La burguesía jugaba a eso, que una persona en la cárcel sería visto como un ladrón, y que el pueblo se fastidiaría. Al contrario, después de preso, la popularidad de Lula creció, porque la gente se dio cuenta de que era una persecución. El pueblo generó unidad en torno a Lula y por la ley brasilera él puede ser candidato aunque este preso.
Para enfrentarlos el pueblo brasilero generó unidad popular en torno la figura de Lula, y por esa razón, la burguesía se volvió contra él después que golpeó a Dilma y abrieron varios procesos hasta conseguir tenerlo en la cárcel. Pero acá también aparece una contradicción, el hecho de encarcelar a Lula, no le quitó el prestigio frente a las masas. La burguesía jugaba a eso, que una persona en la cárcel sería visto como un ladrón, y que el pueblo se fastidiaría. Al contrario, después de preso, la popularidad de Lula creció, porque la gente se dio cuenta de que era una persecución. El pueblo generó unidad en torno a Lula y por la ley brasilera él puede ser candidato aunque este preso.
-¿Cuál
han sido las respuestas que han desarrollado los movimientos
populares ante esta ofensiva?
Antes
del golpe y después del golpe también, intentamos construir unidad
entre la clase trabajadora y construimos el Frente Brasil Popular,
que reúne sindicatos y movimientos populares. De esa unidad logramos
hacer una gran huelga en abril del año pasado. Casi tumbamos el
gobierno, porque fue una huelga general. En Brasil no es fácil hacer
una huelga general. En Argentina tienen más capacidad, además el
país es más pequeño y Buenos Aires concentra buena parte de la
economía y la política. En Brasil es distinto, la política está
en Brasilia y la economía está en otras ciudades, por eso es más
difícil hacer huelgas políticas. Después que no logramos tumbar al
gobierno hubo como un reflujo de los sectores organizados y recién
este año algunos sectores más afectados por la política del
gobierno empezaron a moverse. Como en el caso de los camioneros.
-¿Cómo
interpreta los conflictos encabezados por camioneros y petroleros?
En
Brasil hay dos millones de camioneros, porque todo el transporte de
carga, lastimosamente, es terrestre. Ellos fueron al paro y en una
semana pararon el país. Muchos sectores de la izquierda los
criticaban, con celo, porque ellos no estaban metidos en la huelga y
creían que era la derecha la que estaba organizando, pero no era la
derecha. Nosotrxs desde los movimientos populares apoyamos la huelga,
porque fue un arma muy potente contra el gobierno de Temer y se logró
quitar al presidente todopoderoso de Petrobrás que representaba los
intereses del capital financiero internacional, que son los
accionistas privados de Petrobrás. Los petroleros también
movilizaron, pero el poder judicial impuso graves multas por el paro.
Luego también pararon los trabajadores del sector eléctrico contra
la privatización, que sí son sectores de la izquierda dirigidos por
la CUT. Es posible que los camioneros vuelvan hacer paro, porque el
gobierno les engañó. Es posible también que otros sectores se
comiencen a movilizar, aunque sea muy difícil, porque a partir de
agosto la sociedad se va mover alrededor de las elecciones.
–
¿Qué
propuestas preparan desde el Frente Brasil Popular hacia las
elecciones de octubre?
Nosotrxs
desde los movimientos populares estamos intentando garantizar la
libertad de Lula, que él sea el candidato. Para transitar este
momento y motivar a la gente a participar estamos impulsando una
metodología de trabajo que llamamos Congreso del Pueblo, que es
motivar a que la militancia vaya de puerta por puerta, de casa en
casa, y convoque al pueblo a hacer asambleas, hacer un congreso por
barrio, por municipio y luego por provincia, hasta que lleguemos al
final de año con un gran congreso nacional. Por ahora sabemos de más
de mil ciudades que están preparando esas asambleas. En estos
congresos del pueblo se apunta a generar un clima entre la población
y los militantes para debatir un proyecto de país. De eso se trata,
elegir a Lula, es parte de la lucha de clases para derrotar a la
burguesía y retomar por lo menos parte del poder político que es el
poder central. Pero ellos seguirán teniendo el poder judicial y los
medios de comunicación que será otra batalla. Pero ganada la
batalla de Lula, el paso siguiente es construir el proyecto de país
que queremos. Lula es la puerta para entrar al poder, pero que hacer
con el poder, hay que discutirlo y planificarlo con el pueblo.
Necesitamos hacer cambios estructurales en la sociedad que permitan
salir de la crisis profunda en la que estamos inmersos. Y en ese plan
habrá propuestas de corto y de medio plazo, hasta llegar a convocar
una asamblea constituyente para reformar el régimen político.
–
¿Cuáles
son los posibles escenarios que hay de cara a las próximas
elecciones?
Hay
3 escenarios resultantes de la disputa electoral de octubre. Primero,
si se garantizan elecciones limpias y Lula es electo presidente con
un programa de izquierda. Porque la experiencia que Lula hizo
anteriormente resultó en un gobierno de conciliación de clases.
Ahora la burguesía lo abandonó, entonces, Lula será electo por la
fuerza del pueblo y eso obligatoriamente generará un gobierno
popular más de izquierda. Si él no es candidato el segundo
escenario seria intentar elegir un candidato de centro. Aunque eso va
depender de la coyuntura y se resolverá en los últimos días de la
elección, porque la situación legal de Lula se va resolver el 15 de
septiembre, y las elecciones son el 7 de octubre. Si Lula no puede
ser candidato puede pasar que él señale a otro nombre, imaginando
que él pueda transferir base electoral, pero nadie sabe si el pueblo
va aceptar. Dentro del PT no hay ningún liderazgo popular que pueda
representar la voluntad de Lula. El PCdoB, que es otra fuerza de
izquierda pero chiquita, ya presenta la propuesta que ellos no
teniendo a Lula, harían una inflexión hacia el centro y apoyarían
al candidato del PDT (Partido Democrático Trabalhista) que es Ciro
Gomes. Él es un candidato de centro y en su cabeza intentaría
volver hacer un gobierno de conciliación de clases, ya anunció que
su vice será un gran empresario, que incluso fue su patrón. Y no
veo otro candidato de centro que pueda aglutinar. El tercer escenario
seria una victoria de la derecha, pero está muy dividida, tendrían
que utilizar mucho dinero y mucha manipulación mediática para
intentar que alguno de ellos tuviera viabilidad electoral. No creo
que suceda. Entonces los escenarios pueden ser estos, Lula, o alguien
que Lula indique, o alguien del centro, pero no veo que la derecha
tenga posibilidades de ganar las elecciones en Brasil.